Caminemos un poco

Encontré a mi (primer) colaborador: Gonzalo Avila (AKA Gon, Gom, Gonnie, Goine, Goine Pls). Aca está su primer publicación.

Antes que nada, agradecerle a Nacho por coparse con esto y darme un lugar para escribir, ya que nunca se me dio por abrir uno de estos, je.

La Larga Marcha, libro de Stephen King (tipo al que empecé a leer hace poco, pero lo poco que leí me voló la cabeza) publicado en 1979 bajo el pseudónimo de Richard Bachman, nos demuestra como tomando una idea bastante simple y sencilla y explotándola al máximo se pueden obtener grandes resultados.

Esta novela nos ubica en un tiempo futuro, donde la máxima figura de autoridad que se muestra es una especie de militar (lo llaman "Comandante"), al que la sociedad (una sociedad que se volvió
una masa consumista, amante del morbo.. bastante diferente a la nuestra, ¿no? ) idolatra y tiene como "héroe", y  en donde la máxima atracción es una competencia ¿deportiva? que tiene un objetivo muy simple: caminar, sin bajar de una velocidad de 6.5 km/h.

Pero no es solo eso. En esta competencia, compiten 100 jóvenes (cuyos requisitos para entrar eran ser mayor de 14 años, y superar unos tests físicos y psicológicos), solo gana 1. Ese 1, el ganador, también es el único sobreviviente. Cada vez que un participante bajaba de la velocidad mínima o rompía alguna de las reglas (como por ejemplo salirse de la pista) reciben un aviso por parte de los soldados que los escoltan (bah, los rodean. Si, tienen a todo un ejército "cuidándolos", re copado). Cuando tienen 3 avisos, pum. Chau pibe, nos vemos en otro lado. Reciben  el "pasaporte" (pasaporte = te cagan a tiros los milicos).
En esta caminata, los participantes pueden llevar lo que quieran (comida, bebida, zapatillas de repuesto, abrigo, etc) pero luego de arrancar, no pueden recibir ayuda desde afuera. Lo único que reciben son cantimploras de agua que pueden cambiar apenas se les acabe y tubos de comida compactada (parecida a la de los astronautas), que les otorgan los soldados diariamente (Ven, tan malos no eran che(?)). 

No tienen ningún tipo de descanso, solo se detiene la marcha cuando queda uno solo, es decir, cuando termina. Los 100 que participan, curiosamente, están ahí porque quieren, participan por propia elección. No se entiende mucho por qué querrían participar de eso, aunque el premio (fama, una buena cantidad de plata, mas lo que el ganador quiera) suene tentador.
¿La finalidad de esta sádica competencia? No se sabe. Quizás sea el intento de un gobernante de alimentar a una sociedad que necesita eso: morbo, sufrimiento, dolor, sangre. Ya que la marcha es transmitida por TV, como si fuera un Reality Show.
Lo curioso de este libro es que, a medida que uno se va adentrando en la historia, conociendo a los personajes, también se va "transformando" en parte de esa sociedad a la que busca criticar el autor. Especulando quién va a ganar, quién va a ser el primero o el próximo en caer, poniéndose a favor o en contra de los marchadores.
El resultado final es decorativo (aunque si te interesa, leelo. O buscalo por internet, hacé lo que quieras(?)). Lo importante aca son las 99 personas que caen. Como a cada uno los vence el agotamiento, o el miedo a la muerte, o lo que sea que los hace caer. O cómo se van relacionando entre ellos, formando grupos o amistades, aún sabiendo que si quieren sobrevivir los demás tienen que morir. Ahí está el verdadero "show".
Por ahí queda en deuda con la poca información que brinda sobre el tiempo y situación en el que se desarrolla la historia, ya que me hubiese gustado un poco mas de info, o poder conocer mas sobre los pensamientos de los demás participantes, no solo del protagonista. Pero no es algo de mucha importancia, y no por eso deja de ser una gran historia. 

En fin, un libro altamente recomendable, de un autor al que sigo descubriendo. Seguro seguiré escribiendo sobre otros títulos o temas, así que hasta la próxima, caminen con cuidado, y sin bajar el ritmo.

Gon.